Visita cultural a la ciudad de Florencia
Este último sábado varios sacerdotes, diáconos y seminaristas que nos formamos en el Colegio Maria Mater Ecclesiae tuvimos la oportunidad de conocer Florencia, una ciudad conocida por ser la cuna del Renacimiento que se sitúa en la región de Toscana.
Al llegar, luego de dos horas y media de viaje desde Roma, la imponente catedral de Santa María del Fiore fue lo que primero capturó nuestra atención. Pues, según nos explicaron, su famosa cúpula diseñada por Filippo Brunelleschi manifiesta la destreza técnica y artística de la Florencia medieval considerándose así, como el símbolo arquitectónico de la ciudad y un testimonio vivo de la religiosidad. El legado artístico que esta ciudad nos brindófue impresionante; muchos de nosotros pudimos apreciar y conocer más a fondo la historia, la elaboración y el significado de diferentes obras que se encuentran en el Museo del Duomo y en la Galería de la Academia, siendo una de las más importantes la escultura del David de Miguel Ángel.
A poca distancia, pudimos conocer el Puente Vecchio, el puente más visitado de la ciudad que cruza sobre el río Arno y que nos ofreció una vista única junto a sus pintorescas casas de colores que adornan todo el lugar. Y por supuesto, luego de toda una mañana de recorrido no podíamos olvidar degustar la gastronomía florentina que con un sinnúmero de restaurantes y cafeterías nos invitaron a saborear deliciosas carnes y pizzas, una variedad de cornetos y para quienes somos amantes del café, un affogato por el que debemos regresar.
Al atardecer y antes de retornar a Roma, pudimos celebrar juntos la Eucaristía en la Parroquia de los Santos Apóstoles y seguidamente conocer por medio de su párroco, el P. Nicola Tovagliari, L.C. que nos hallábamos en una de las Iglesias más antiguas de Italia que, a decir de una lápida y según las leyendas de los citadinos, su primer esbozo data de losprimeros siglos del cristianismo y que envuelve a todos los fieles en un ambiente de silencio y meditación. Esto sin duda nos ayudó a recordar el llamado de los santos apóstoles y a pedir su intercesión para que también nuestra respuesta a Jesús sea generosa.
En definitiva, Florencia, en su esencia, es un lugar donde la fe y el arte se encuentran, cada templo no solamente constituye un lugar para la celebración litúrgica, sino también un testimonio de la devoción de sus habitantes a lo largo de los siglos.
Jorge Eduardo Ruilova
Arquidiócesis de Cuenca, Ecuador